La mineria del oro artesanal, en pequena y mediana escala es una fuente importante de ingresos para los mineros, especialmente en comunidades y regiones rurales donde las alternativas economicas son sumamente limitadas (PNUMA, 2008), constituyendose en una fuente de trabajo primordial para las comunidades. Sin embargo esta mineria parece ser, con mucho, la mayor fuente mundial de contaminacion por mercurio (Weinberg & Organicos Persistentes, 2010), ya que se utilizan normalmente grandes cantidades de este elemento quimico para procesar el mineral (oro), y es generalmente el metodo dominante y preferido de extraccion, pues se considera bastante facil de utilizar y no es costoso. Como resultado de estos procesos de extraccion hay una extensa degradacion del medio ambiente y la contaminacion de los ecosistemas, efectos que pueden perdurar durante varias decadas despues del cese de las actividades de produccion, creando graves peligros de salud ambiental a largo plazo para las poblaciones que viven en las regiones mineras (PNUMA, 2008). Frente al panorama planteado anteriormente se tiene un gran desafio a la hora de buscar soluciones innovadoras que contribuyan a la sostenibilidad ambiental para las actividades y procesos provenientes de la mineria sobre todo en la gestion y preservacion de los ecosistemas. Ahora bien, el mitigar, compensar o eliminar de forma progresiva o definitiva los impactos ambientales negativos causados por la minera no ha sido tarea facil, ya que la implementacion de reactivos quimicos como el mercurio para la recuperacion de oro, ha generado un sin numero de controversias y posiciones a favor o en contra del uso de este. El mercurio es un metal pesado, y como todos ellos, es toxico o venenoso a muy bajas concentraciones, y no puede ser degradado o destruido. De hecho, es uno de los toxicos mas peligrosos que se conoce y una vez liberado y emitido a la biosfera, el mercurio puede tener una gran movilidad y circular entre la superficie terrestre y la atmosfera, y entrar a la cadena trofica de los organismos vivos (Jose alvarez, 2011). En este sentido y dada la necesidad de buscar mecanismos de mitigacion que contribuyan a la disminucion de los impactos propios del mercurio utilizado en la mineria aurifera y que la implementacion de estos a su vez sea rentable, se han encontrado tanto metodos fisico-quimicos como biologicos para el tratamiento de los sitios contaminados con mercurio. A pesar de que los metodos fisico-quimicos permiten la obtencion de buenos resultados si la eleccion de la tecnologia aplicada se realiza de manera adecuada, en funcion de las caracteristicas propias de cada efluente y/o ambiente contaminado (Rodriguez, Padilla, Tayibi, & Lopez Delgado, 2012), siguen siendo ineficientes por sus costos, el uso de otros agentes contaminantes y los efectos que pueden tener sobre los ecosistemas y el ser humano. Por lo anterior, es necesario incursionar en procesos de recuperacion de los sitios contaminados mediante practicas de remediacion de manera eficiente y economica, aprovechando la diversidad en recursos naturales, microbiologicos, y el fundamento cientifico, se pueden utilizar organismos vivos para reducir, eliminar, contener o transformar contaminantes en suelo, agua y aire (Gerhardt, Huang, Glick, & Greenberg, 2009). La remediacion biologica, se define entonces como el metodo de degradacion de contaminantes mediante el uso de organismos (plantas, hongos, algas, bacterias y otros), sus procesos catabolicos y su capacidad de utilizar los contaminantes como fuente de alimento. Es por ello que esta investigacion pretende buscar una alternativa de recuperacion de suelos contaminados con mercurio mediante el uso de hongos como material remediador, pues algunos de estos organismos tienen una alta viabilidad de aplicacion debido a su abundancia, naturaleza y economia y son ademas, muy buenos en la acumulacion de metales pesados como cadmio, cobre, mercurio, plomo y zinc (Sullia, 2003).